Entonces
decidí separarme - dice.
La miro. Está sentada justo enfrente mio.como no
se qué decir u hacer, opto por quedarme
callado.
Al
menos podrías reconocer que en algo ayudó-le digo.Pero lo
único que consigo como respuesta es una mueca despectiva
-¿En qué
ayudó?
-Qué se
yo; saliste del problema.Lo
dejaste atrás.
Su cara
se pone colorada.Parece un petardo a punto de estallar.
-¿Ves? Me tomas por pelotuda
Para
nada. Ni loco haría algo así .Lo juro por
Mamá –
le largo.
-Me
hacés un favor.
-Si.
-Repetí
lo que acabas de decir.
- ¿Lo
juro por mamá?
-
¡Virgen santa!
-¿Cómo...?
- Desde que te conozco, la mencionaste una vez.
Tengo ganas de decirle: Bueno, como quieras.
Nos
veremos en otro momento.
Pero solo me sale preguntarle estúpidamente
- ¿Sí?
- Sos un cínico. Ni siquiera respetas a tu madre.
Cartón
lleno-murmuro.
-¿Le
agradeciste alguna vez a tu madre?
-¿Agradecerle?
No entiendo.
- No entendés. Repito agra-de-cer- le
- Ah...
- Para
tener un hijo como vos hace falta mucha paciencia ¿No te
parece?
- Si te
hace feliz, le agra-de-ce-ré...
- Le
agradecerás por tu cinismo, claro.
-
¿Disculpame?
-
¨Gracias mamá por hacerme tan cínico¨. Vas
a
decirle eso ¿O no?
-Lo haré.
Sos el
colmo –agregó- Porque hay un pequeño detalle.
-¿Cual?
Una
sola vez, solo una, me hablaste de tu madre.
Dijiste
que había muerto. Entonces
¿Cómo vas a agradecerle?
No hay comentarios:
Publicar un comentario