viernes, octubre 20, 2006

Pamela en casa de Sergio






Sergio subió a la terraza porque quería reorientar la planta de porongo.

Como  estuvo trabajando con  cerámica durante todo el fin de semana, el lunes por la mañana decidió resolver el inconveniente porque en cualquier momento brotaría humedad en la cocina.

Durante los últimos meses se había prometido una y otra vez subir a reorientarlo pero como siempre aparecía algo, cuando salías al patio y mirabas para arriba, la planta parecía una enorme tela de araña colgando hasta altura de su cabeza.

Acababa de arrodillarse cuando su mujer le dijo:

- Sergio, en la calle pasa algo.

Fue por la terraza hasta el frente de la casa. Miró hacia la calle. Volvió.

Nada – informó – Todo tranquilo

Pamela pensó que a Sergio le llevaría varios minutos reorientar los gajos del porongo. Y como ella tenía el presentimiento de que algo andaba mal , su intuición le sugirió poner el ladrillo de marihuana detrás de la heladera.

Algunos días atrás , un chico que vendía sahumerios le propuso a Sergio anexar a sus ventas las piezas de cerámica que fabricaba con Pamela. Así que cuando pasó a buscarlas, Sergio no tuvo mejor idea que invitarlo a entrar porque le interesaba ver la reacción del vendedor  al encontrar  el ladrillo de marihuana encima  del tablero de dibujo.


Pasó algo raro- dijo su mujer cuando él bajó.

- Pame ..

Te lo dije muchas veces...-protestó ella.

- Pamela ...-

-Basta. Suficiente ¡ Parece que no  entendés!

- Pamela. Escuchame

- Qué.

-Siempre ves cosas raras. Siempre...

Pamela  abrió la puerta de la heladera.Retiró la botella con agua.

Vi cuatro tipos mirando por  la ventana del living - agregó llenando un vaso.

Sergio fue hasta el galpón donde guardaba diez bolsas de efedrina. Escogió una. Se acercó a la pared del vecino.La tiró.

Suerte que se mudaron - se dijo después de haber hecho lo mismo con  las otras.


Fue a los dos minutos de haber arrojado la última que tropezó con Pamela en el patio.

¡La policía!-dijo ella entre dientes- ¡Te voy a matar!

Sergio levantó la cabeza. Uno de los los tipos que estaban debajo del porongo movió la cabeza en dirección a la cocina.


¿Conocés a un chico de quince años?- preguntó el que estaba a cargo. Era alto. De piel trigueña. Estaba sentado cerca del tablero de dibujo, sosteniendo una pieza de cerámica en la mano. Como Sergio no se dio  por aludido, el tipo insistió.

-¿Te lo repito?

Sergio lo miró .Pensó en las bolsas. En el ladrillo de marihuana ¿ y el ladrillo?

Aspiró.

Cerámica, le vendí cerámica - dijo.

Está muerto-le lanzó el tipo- Tenia en el estomago una bolsa plástica con doscientos gramos de cocaína. Obvio, la bolsa se rompió. En su mochila encontramos tu cerámica.Firma y dirección al pie. Aquí la tenés - añadió colocando la pieza sobre el tablero de dibujo.


No hay comentarios: